viernes, 5 de noviembre de 2010

RELATOS DE MI ABUELITA


Al recorrer las calles de Copiapó, sus barrios, el centro, la periferia, etc., hay algo que es imposible eludir, o tal vez dejar de reconocer, ya sea para los lugareños o los forasteros y/o turistas, son los relatos de las personas de nuestra ciudad, pero especialmente de los más ancianos los cuales tienen un sinfín de historias que contar, y las cuales debemos rescatar para llegar a conocer un poco más a esta pequeña ciudad.
Partiré contándoles algunas anécdotas de mi abuela Rosa, la cual tiene 75 años, y ha vivido muchos procesos que han marcado al país y también al mundo como este por ejemplo este, “El paso de la caravana de la muerte” y me dijo lo siguiente: “Yo estaba trabajando, cuando me avisan, compañera hubo golpe de estado. Al tiro me fui para  la casa y escuche la radio cuando Allende dio el último discurso. Paso el tiempo, en la noche, pasaron por la casa los milicos buscando a tu abuelo, porque es socialista, y le dije que no estaba, cosa que era cierto, y trataron de entrar por la fuerza y como tenía una olla con agua en ese rato, se la tire y le dije que si se atrevía a entrar le daba un escobazo. Los vecinos dijeron que tenía la razón y los milicos se fueron, con mucho dolor, vi como se llevaban a mis compañeros encadenados… nunca más lo vi y me pregunte qué habría pasado si hubiera estado tu abuelo en ese rato, y lo peor, era que podían haberme llevado a mi por ser comunista, como la mayoría de las personas de rosario son de izquierda, pero bueno, no nos paso nada, porque si no, no habrías nacido, jajajajaja, porque podían matar a mis hijos. Muy triste todo, pero aun así, estamos vivos y la dictadura no me la gano, jajajaja…”
Ciertamente, lo que mi abuelita me conto, fue parte de las tantas historias que pasaron en Copiapó, pero lo importante de esto es saber que aun es posible salvar relatos como este, y los invito a escuchar las historias de las personas mayores, ya que conocemos mas de nosotros mismos, imagínese, hasta el  5 de enero, yo tuve bisabuelo, y año anterior converse con el para conocer más de mi pasado y de cómo era la vida del campo hace 80 años atrás (falleció a los 85 años). Me habría gustado seguir escuchando sus historias, pero se fue poder escribir sus memorias, lo cual me habría gustado hacer.
Bueno, nuevamente los invito a conversar con sus padres, tíos, abuelos y por qué, de otras personas, uno se entera de cosas interesantes del pasado. Fue un placer escribir estas palabras y contar algo de la Historia de Copiapó, visto desde una persona que ha vivido tanto tiempo en esta ciudad, aburrida y calurosa, pero que algo tiene. Lo dejo a su criterio.